El otro día me dijo usted, señor Rajoy, con mucha ironía, que aquí en el Congreso nadie venía de la pata de El Cid. No estoy de acuerdo o más bien estoy en desacuerdo, sobre todo oyendo su discurso de esta mañana y sus últimas actuaciones. No somos iguales, señor Rajoy, no somos iguales. Algunos, como usted, se preocupan mucho del déficit, de los mercados, de los bancos; otros por el contrario ponemos a las personas en el centro de nuestras preocupaciones, en el centro de nuestra acción política. Usted intenta contentar a Merkel y a Sarkozy, pero los ciudadanos y ciudadanas de aquí no votamos a la señora Merkel para que nos impusiera sus políticas.

Señor Rajoy, ayer por la mañana estuve en el ayuntamiento. Los ayuntamientos son la primera trinchera de la Administración, el lugar donde conocemos los problemas de la gente de primera mano. ¿Sabe qué problema tenemos? Se lo diré: un problema de financiación. Usted ha hablado de la financiación que absorbe el sector público. Por cierto, ¿cuánta financiación ha absorbido el Gobierno del Partido Popular en mi tierra, en la tierra de los valencianos y las valencianas, para llegar hasta donde hemos llegado, a ser la comunidad autónoma más endeudada? ¿Cuánta financiación necesitaremos para poder pagar lo que sus gobiernos nos han endeudado? Mientras los bancos reciben verdaderos manguerazos de dinero a un pequeño interés, y a mi ayuntamiento se lo están poniendo cada vez más difícil para darnos liquidez, y eso que tenemos una buena calificación y pagamos a sesenta y cinco días a nuestros proveedores. Queremos simplemente una póliza para poder pagar justamente a nuestros proveedores, porque nuestros principales ingresos como el IBI se cobran a partir de junio. Queremos una póliza para pagar a nuestros autónomos, a la pequeña y mediana empresa, a la verdadera economía productiva. Y los bancos nos quieren cobrar por cosas por las que antes no nos cobraban. Nos lo ponen difícil a nosotros y a los autónomos, a las pequeñas y medianas empresas, a las personas. Como a un camionero que vino a verme y al que le cobran un 9 por ciento por su póliza, y no sabe bien si se la volverán a renovar. Unos, los bancos, obtienen dinero muy fácilmente; otros, los ayuntamientos, las pymes, los autónomos, las personas tenemos muchas dificultades para que los bancos nos lo presten. Y ustedes lo están permitiendo, señor Rajoy, ustedes lo están alentando. Solo vemos medidas que ayudan a los mercados, a los bancos, pero no vemos medidas que ayuden a las personas, a los emprendedores.

Ayer dijeron en su enmienda a la propuesta de Convergència que su ley de emprendedores la harían en esta legislatura, pero no dijeron cuándo. Vemos que ustedes dijeron una cosa antes de las elecciones y ahora vemos que hacen otra diferente. Dijeron que no subirían impuestos y vemos que las primeras medidas que han tomado hacen recaer la crisis en los de siempre, los trabajadores. Por eso no somos iguales, señor Rajoy. Es cierto que no venimos de la pata de El Cid, pero también es cierto que venimos de patas distintas. Piense en las personas, señor Rajoy, piense en las personas con cara y ojos.